Los lugares áridos conservan bien los restos de cultivos alimenticios. Es así como se ha podido establecer la presencia de cultivos de maíz, frijoles, calabazas, quínoa -uno de los principales alimentos precolombinos, de alto valor nutritivo-, papas y tamarugos, desde el año 500 d.C. Algunas de estas especies, como el maíz y las papas o patatas, significaron un aporte capital a la alimentación y gastronomía del planeta y se cultivaron originariamente en un sistema de andenes o terrazas que permiten un óptimo aprovechamiento del espacio y el agua, tecnología heredada de culturas preincaicas. Estos cultivos eran abonados con fertilizantes naturales, incluido guano traído de la costa.
Ciertos productos agrícolas, como las papas, eran sometidos a un ingenioso tratamiento de deshidratación, que favorecía su conservación y pérdida de peso. Estas papas se conocen hasta hoy en día como “chuño”. Similar procedimiento se realizaba con la carne de Guanaco y Llama, la que se denomina “charqui”.
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